viernes, 5 de diciembre de 2008

¡BIENVENIDO AL FIN, MR. CARL BARKS!

La editorial Planeta DeAgostini lleva ya un largo historial de clásicos del tebeo -perdón, del cómic- recuperados o en recuperación, en colecciones que hacen justicia a personajes tradicionalmente maltratados en anteriores ediciones (¡que se lo pregunten a los chavales de Schulz!). Por atreverse, hasta se han lanzado con el genial y disparatado Thimble Theatre de Segar. La guinda llega este año con el inicio de la Biblioteca Carl Barks, de la que recientemente se ha editado el primer tomo: si bien su contenido es por ahora poco interesante (incluye las historias primerizas con las que su autor empezó a aprenderse el medio), es la esperanza de poder ir consiguiendo poco a poco toda su obra en una edición cuidadísima y cronológica la que resulta un sueño en realización para cualquier iniciado, tras tantos años de coleccionar ediciones extranjeras o los fallidos intentos de otras editoriales.

Para aquel que no lo sepa: Carl Barks es el autor de los tebeos del Pato Donald, o al menos de los fechados entre los primeros 40 y los últimos 60. También para el que no lo sepa: Carl Barks es uno de los Grandes del tebeo (¿cómics?), y probablemente el Grande más desconocido, al menos en nuestro país.
Que se le conozca poco tiene causas sencillas. En primer lugar, ninguna de sus obras se ha publicado firmada, al editarse bajo el sello genérico de Walt Disney. En segundo lugar, para bien o para mal, el protagonista de su trabajo coincide formalmente (en aspecto y nombre) con el personaje de cortos de dibujos animados: se debe saber que el Pato Donald de los tebeos es muy distinto al Pato Donald del celuloide, apariencia aparte. O dicho de otro modo, son personajes distintos. Pero es que además en España resulta que su obra ha sido sistemáticamente masacrada por sucesivos editores, publicada en mezcolanza con otros trabajos de ningún interés.
Que a pesar de todo esto sus cómics sean objeto de culto y de una enorme influencia en creadores posteriores (el clan de Spielberg ha tomado prestada más de una idea, por cierto), es debido a una única razón, con la que he empezado este artículo: Barks es uno de los Grandes.

Se cuenta que en los EEUU, si los niños compraban un comic-book de Donald y éste no estaba dibujado por Carl Barks, lo cual se nota al primer vistazo, protestaban exigiendo los tebeos del "hombre que dibuja bien a los patos". No es extraño: la generación española que conocimos a Barks gracias a la colección Dumbo de las Ediciones Recreativas distinguía y distingue perfectamente cuáles eran sus aventuras y cuáles no, no sólo por la abismal diferencia gráfica, sino también por el contenido del guión. (INCISO: ¿alguien sabe quién fue el autor de las magníficas portadas de esta colección?).

Aquel que en el mundo del cómic ha conseguido llegar a una categoría superior es, generalmente, porque ha conseguido ser creador no sólo de una o varias obras sobresalientes, sino de un universo completo y autosuficiente, con sus personajes y sus reglas, con sus propias leyes, donde la inmersión del lector es automática cuando se ha iniciado, llegando a una comunión total, a una absoluta confianza, a una abstracción asombrosa... El mejor ejemplo conocido podría ser Hergé y su Tintín. El mejor ejemplo desconocido podría ser Carl Barks y su Pato Donald. Sus lectores, sus seguidores, hacen suyo este universo humano-palmípedo y exigen una fuerte coherencia, que sólo un Maestro consigue. Y con un gran sentido del humor, además; sólo al Donald de Barks se le ocurre bromear mientras un terrible remolino lo engulle junto a su tío Gilito.

Pero Barks además tiene un mérito especial, al llegar a esa categoría desde unos personajes (Donald y sus sobrinos) preexistentes en otro medio, y en el que ya tenían una fuerte y conocida personalidad. A partir de ahí, crea sabiamente unos personajes completamente diferentes, mucho más cercanos para el lector, y enriquece su universo con una amplia galería de secundarios (el genial Gilito, el insufrible primo Narciso, los malvados Apandadores, la inquietante Mágica de Hechizo, el absurdo Tarconi).
Con todo ello, Carl Barks nos ha regalado tantos momentos estelares como el citado Hergé, Pratt, Raymond, Caniff, Eisner,... Nadie que haya leído "El desafío de los dólares" habrá dejado de quedarse con la boca abierta en la gran viñeta en que tras una encarnizada batalla revienta el dique donde Gilito ocultaba su fortuna. Es también inolvidable la euforia que nos provocó la aparición de los tres sobrinos (¡bendita cordura!) al rescate de sus tíos, raptados por las arpías en la lejana Cólquida, cuando ya casi podían acariciar el legendario vellocino de oro. Pocas veces hemos sentido la desolación y el eco como en la viñeta en que se descubre el depósito de dinero tras hundirse por el peso de un único real de más.
Y podríamos seguir indefinidamente, ya que Barks nos ha llevado en pos de las grandes leyendas de la humanidad, historias bíblicas, de las mil y una noches, de las antiguas culturas precolombinas, del extremo y misterioso oriente, de la mitología clásica. Siguiendo a Donald, el eterno perdedor, hemos viajado en busca de las siete ciudades de Cibola, atravesado el Amazonas para llegar hasta El Dorado, perseguido el famoso sello rojo de la Guayana, capturado el último unicornio, recuperado el yelmo de Erik el Rojo, buscado oro en el Klondike, encontrado las minas del Rey Salomón... Con Barks, la aventura es la aventura, y también en esto es un Maestro indiscutible, desbordando imaginación en el encuentro de los patos con lo desconocido. Sólo así pueden aparecer unos legendarios huevos cuadrados, custodiados por una antigua civilización en la que es sacrilegio generar formas redondeadas.
Los que hemos acompañado a Donald hasta el oasis de Bamba Issa -el único donde encontrar la legendaria arena roja capaz de hacer funcionar la clepsidra mágica- hemos sobrevivido a maquinaciones, hemos sacrificado tesoros por salvar la amistad, hemos primado nuestra honradez, nos hemos unido a nuestra familia para vencer la adversidad... ¡Nunca un pato fue tan... hombre!

4 comentarios:

  1. La evolución en imparable. Las generaciones más adultas vemos como las más jóvenes desprecian aquello que nosotros valorábamos. Yo he luchado para que mis hijos bucearan en el mundo de Walt Disney en vez de ver dibujos animados japoneses carentes de dinamismo y personalidad, pero ha sido imposible. Es como si mi madre no entendiera que yo escuche a Los Secretos en vez de a La Niña de la Puebla. Es la evolución y es mejor aceptarlo.

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  2. Ahora entiendo cuando nuestros mayores nos decían "ya nos vengarán nuestros nietos...", esta frase, que nunca llegué a entender hasta mi madurez como padre, nos explica mucho acerca de la evolución de la humanidad. ¿O es que no les parecía "extraño" a nuestros ascendientes que se hiciesen agujeros en las alfombras para meter unas bolitas en ellos ?, o que cogiéramos chapas de botellas para jugar a la vuelta ciclista en el pasillo de la casa, siendo la mas valorada una de Cinzano?, En la actualidad nuestros vástagos se ríen de estas cosas de "viejos" como nosotros nos reíamos de la manera de divertirse que nos narraban nuestros procreadores. Hoy les digo a mis hijos cuando llegan tarde, cuando están todo el día en el ordenador, cuando no ponen la mesa, cuando ponen los pies encima del sofá....Cuando NO JUEGAN..."Nuestros nietos nos vengarán..." Fdo.Milton

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  3. He quedado completamente anonadado ante tanta facilidad de expresión y tanta cultura del hermoso mundo de la historieta. El escritor de esta, y perdonad si no utilizo bien la palabra, efeméride del mundo del comic, me ha enseñado hoy algo nuevo que me acompañará hasta mis últimos días, y es que hay algo detrás de esas viñetas, hay personas, hay creadores, hay magos del lápiz, hay historias que nos hacen trasladarnos durante nuestra lectura a un mundo maravillosamente imaginario. Gracias Blogero

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  4. Hola Carlos, no he podido evitar esta noche, casi víspera de un esperado enlace familiar, lanzarme a disfrutar de este pequeño rincón cibernético y gran espacio para el desahogue, el debate y la opinión. Me gustaría hacer referencia a la irremediable situación de la política española enlazando con tu última intervención en la que tildas de negocio a la política con fotos del líder del país "negocio".

    Esto es un problema bien gordo, y que no hay dieta que lo "des-agordice"; nos encontramos en un mundo en el cual cuando se comienza a razonar (aprox. los 13 años) sin ningún tipo de bagaje, se nos impone, obliga, a posicionarnos sobre temas como el aborto, inversiones económicas por parte de la Administración, la Iglesia etc. Y esto es un gran negocio, es comparable a la compra de artículos en una tienda. Encienda la TV y comience a posicionarse sobre temas SIMPLIFICADOS a priori por negros intereses que quieren convertirnos en borregos sin mente, sólo con un objetivo, acabar en un lado o en otro en vez de entender que la política "está hecha" (fundamentalmente) para que las cosas funcionen y que NO es como nos dice el señor Rajoy "ideas y valores" (textual), Política (sustancialmente) NO es encasquetar a la gente según sus valores en un partido u otro sólo para que no cambien su voto independientemente de la gestión del Gobierno, de captar adeptos a su partido de por vida unos por considerarse "socialista" (creyéndoselo, como el forofo de un equipo de fútbol) o "católico" (respetable, pero imposible de extraer e imponer o instalar en el juicio político). Esto se debe en gran medida a la falta de formación política y social que propone esta sociedad ultra-individualista hacia los nuevos individuos (que como humanos siempre fueron gregarios, y ahora nos damos el golpe en el lado contrario). Lo que quiero dejar claro es cual es el objetivo de la política, y mas en estos momentos de hecatombe financiera, que principalmente no es otro que solucionar los conflictos sociales, no posicionar, que también, porque el posicionamiento debería surgir del resultado de un Gobierno a la hora de resolver los conflictos y no de las llamadas "ideas y valores" que un Gobierno propone que no son mas que panfletos, productos, artículos con los que se mercantiliza a un alto precio, el PODER.
    En conclusión ,que mañana en Comess me esperan a las 10, no puedo estar más de acuerdo contigo en este parecer ya que la política a día de hoy, es un gran negocio en el que se comercia con IDEAS que se simplifican para que a priori parezcan evidentes muchos posicionamientos, y que en realidad arrastran una gran trascendencia que nos llevaría a poner en tela de juicio el sistema de valores creado, que va de la mano con el económico que hace que mucha gente mañana no tenga (si por fortuna tiene) que ir a un sólo trabajo, sino a 2 ó 3 para poder comer él y su familia.
    Carlos me despido hoy, pero me parece que esto se convertirá en ritual para mí, ya que hasta hoy no había percibido la esencia de internet y de este SUPER-BLOG del que D. Miguel Angel Pérez-Eguibar estaría no ya orgulloso, sino asombrado de cómo un alumno suyo supo captar tan bien la esencia de lo que es la maravillosa información subjetiva (yo más que blog lo llamaría gran revista de opinión, el collage de toda una experiencia en la vida, sabiendo captar lo sustancial y maravilloso). Mi más sincero saludo, Nacho.

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