lunes, 28 de noviembre de 2011

AVISO PARROQUIAL



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lunes, 21 de noviembre de 2011

RESACÓN ELECTORAL

La reciente jornada electoral se me ha atragantado (alergia a la política, me parece) y he pasado mala noche… he tenido terribles pesadillas, y como Juan en Patmos, no veo otro modo de quitarme el miedo que difundir desde aquí la profecía que me ha sido dada.
En mi visión, un enorme Dragón de dos cabezas mantenía el territorio asolado… aun siendo del mismo bicho, cada cabeza era distinta a la otra, de tal manera que a una parte de la población le daba pánico una de ellas, y la otra no tanto, y a la otra parte le sucedía lo contrario. No sé de qué dependía que te diera más miedo una cabeza que la otra, probablemente de la educación recibida de pequeño, o de dónde vivía tu abuelo cuando empezó la Gran Infamia…
Y el Dragón, consciente de la situación, se aprovechaba del miedo del populacho, y cada cabeza hacía ver un terrible –aunque falso- antagonismo hacia la otra, de modo que los aterrorizados por la cabeza de la Izquierda sólo confiaban ya en la cabeza de la Derecha para mantener aquella a raya, y los sobrecogidos por la cabeza de la Derecha, trataban de ganarse el favor de la cabeza de la Izquierda, confiados en que era la única manera de frenar las tropelías de su melga (bueno, de su gemela, para los que no sean murcianos).
Y era el crujir y el rechinar de dientes.
Y así, la mitad de la muchedumbre, esquilmaba su propia tierra alimentando sin cesar a una de las cabezas, para garantizar su defensa ante los desmanes de la otra, que no hacía más que amedrentarlos con promesas de muerte y destrucción; y la otra mitad de la plebe vivía en simétrica situación (pero con las cabezas en el rol contrario, claro está… menudo lío que me estoy haciendo… ¿se me entiende, no? con el miedo que he pasado…).
Y los años se iban sucediendo, y los infelices campesinos vivían con el terror a una de las cabezas, y por ello votaban sin cesar a la otra, perdón, la alimentaban quería decir, y el Dragón, que había encontrado el modo de vivir sin pegar golpe, se complacía en el teatro de la permanente oposición, sabiendo que de un modo u otro, tenía dos bocas bien alimentadas para siempre…
Y las dos cabezas sólo unían sus fuerzas cuando aparecía algún profeta de luenga barba y blanca vestidura a desenmascararlas, tratando de romper este círculo vicioso, señal por la cual los escasos justos del reino reconocían la superchería, aunque eran voces que clamaban en el desierto.
Y los ignorantes labriegos, sordos ante las profecías y negándose a reconocer las señales que en el cielo aparecían, como vírgenes desprovistas de aceite en sus lámparas, no se daban cuenta de que cada cabeza existía únicamente porque existía la otra, y era el miedo a cada una de ellas la que perpetuaba la existencia de la otra, y no eran capaces de entender que ambas servían al mismo cuerpo, y que esta situación mantenida de forma eterna no servía más que para engordar al dragón y agostar, cada vez más, la bendita tierra que heredaron de sus antepasados.
Y en esto, me desperté. Caramba, qué nochecita. Así se conviertan todos en estatua de sal, maldita sea…

domingo, 13 de noviembre de 2011

A NINGUNO DE LOS ANTERIORES

Vuelvo de ver la película de Tintín, y he echado de menos a los hermanos Pájaro... menos mal que viendo el debate Rajoy-Rubalcaba se me ha quitado el resquemor, ante un tándem igualmente inquietante y tan poco de fiar.

Y hablando de tiempo de elecciones, he vuelto a ver “El gran despilfarro”, sorprendente comedia donde Monty Brewster financia una campaña consistente en añadir al final de las papeletas de voto una nueva casilla que reza “A ninguno de los anteriores”. Es decir, si el votante considera que el resto de opciones de la papeleta son despreciables, puede expresarlo marcando esa casilla y dando su voto... a ninguno de los anteriores. No es un candidato, no es un partido, no es un grupo de poder, es... ninguno de los anteriores. Imagino que no es necesario que cuente el resultado de esas elecciones.

Viendo y oyendo a nuestros principales candidatos, a sus comparsas y partidos, su historia reciente, no se me ocurre mejor opción que votar a cualquier otro, incluso a ninguno de los anteriores.
Porque resulta sintomático y esclarecedor (y muy irritante) darse cuenta de cuál es el único tema en el que siempre están de acuerdo los dos grandes partidos: no modificar nada que ponga en peligro su juego de poder. Ni listas abiertas, ni distritos electorales de tamaño razonable, ni eliminar la injusticia del mayor valor del voto en según qué autonomías, ni dejar de apuntarse los votos en blanco, ni resolver en referéndum las reformas constitucionales, ni cesar en uno sólo de sus privilegios, ni modificar el sistema de financiación de los partidos... Todo un complejo sistema urdido con el único fin de perpetuar en el poder –alternativo- a ambos bloques, y desarrollado minuciosamente legislatura a legislatura, desde que ya se unieron en conspiración para expulsar del congreso el intento de Suárez de superar las dos Españas creando un centro que claramente sí representa (entonces y ahora) a la mayoría de los votantes.


Está claro que a la “casta”, desde el XIX, le viene muy bien que sigan existiendo dos Españas, antagónicas y enfrentadas, y que el miedo de la una a la otra les siga garantizando no el voto a favor, sino el voto a la contra, el voto “útil” para “evitar el poder del otro”. Mientras esto suceda así, ambos partidos seguirán chupando del bote que les llenamos el resto. Y si no, ya me dirán porqué siguen hablando de la Guerra Civil, 70 años después. Si de niño hubiera visto a mis padres crisparse por la guerra de Cuba y beligerantes con los Estados Unidos me hubiera quedado de una pieza... Todo sea que se les vaya de las manos y nos monten una nueva, que parece que no aprendemos de la Historia. Y ya no sé si me estaré volviendo paranoico, pero me da que el sistemático intento de degradar el sistema educativo tiene mucho que ver con todo esto, ya que otro punto en común en ambos partidos es el desinterés y la chapuza de todos sus gobiernos en la materia. Cuanto más patán sea el votante medio, más fácil será que la farsa electoral dure.

Sólo hay una esperanza, y es... a ninguno de los anteriores. Expulsemos de nuestra vida a la casta, que desaparezcan ambos bloques. Partido taurino o anti-taurino, comuneros de Castilla, partido de las viudas, fumadores al poder, lo que ustedes quieran. Cualquier partido, menos los que siguen hablando de izquierda y derecha en pleno siglo XXI. Ni izquierda ni derecha, a ver si nos vamos a dar una ostia por no mirar adelante. Pasemos página, por fin.

Y mientras, una última referencia fílmica... recordando el debate de marras, no hago más que acordarme del fantástico eslogan de “Dos tontos muy tontos”... no puedo evitarlo, lo siento... Suerte el 20, España.