lunes, 8 de abril de 2013

EL JOLGORIO DEL ERE

No creo que el derecho de un trabajador valga más o menos que el de un empresario, a priori. El modelo de la Rerum Novarum (tan interesante ahora, por cierto) me parece válido, y ni la explotación del trabajador es buena, ni la demonización del que se la juega creando riqueza y trabajo es justa. Por ello, si una empresa anda en las últimas y un despido “eficaz” salva al resto, es quizá una medida a aceptar; un mal menor, vamos. De ahí que, desde mi ignorancia de la realidad legal de un ERE, piense que éste es un mecanismo admisible cuando no más remedios.

Hasta aquí, la lógica más evidente, que sin embargo contrasta con su aplicación real… al menos en este país en el que parece que sólo podemos ser tontos o ruines.

Me explico. Un buen amigo está aterrorizado porque su empresa ha anunciado un ERE que dejará en la calle a un tercio de sus empleados, con indemnizaciones mínimas. No hay proceso de negociación ni nada que se le parezca (bueno, sí que lo hay, pero puramente simbólico).

Curiosamente, en la lista de “despedibles” no hay ningún directivo. Es algo que choca porque la lógica de la eficacia pide una estructura piramidal proporcionada, y cuando empieza a haber demasiados jefes para pocos subalternos no es buena señal. Pero es que además son precisamente los directivos los responsables de que la empresa esté así, y por ello deberían ser los primeros en irse a la calle. Ni crisis, ni leches, que hasta los niños saben que hay que guardar de las vacas gordas para cuando vienen las vacas flacas, y lo que han hecho nuestros directivos durante las vacas gordas ha sido lo contrario.

Para más risa, resulta que el ERE no contempla revisiones de sueldos insultantes. Teniendo en cuenta que las diferencias salariales entre los que se quedan y los que se van a la calle pueden ser de veinte veces o más, ¿no pide la lógica que se ahorre primero con el exceso de los de arriba? Con pequeños recortes en los sueldos máximos se pagarían de sobra muchos sueldos mínimos. ¿Realmente hay gente que por mantener el apartamento de Baqueira prefiere que alguna familia las pase putas el mes que viene? Parece que sí y que la Ley le ampara, además.

Tampoco se ha planteado la eliminación de gastos superfluos, privilegios y demás fruslerías. Alquiler de plazas de garaje, coches de empresa, tarjetas de crédito, comilonas en los sitios más lujosos, desplazamientos innecesarios y siempre en clase superior, dietas absurdas…

Así, podemos seguir hasta el infinito. En resumen, a esta empresa no se le obliga a recortar en todo lo posible (ni siquiera en lo estúpido o superfluo) antes de hablar de despidos, como sería lo justo y racional. No, nuestros procesos legales no contemplan el despido como último recurso, sino como una protección de lo ridículamente innecesario y de la chusma que ha sido incapaz de mantener su empresa a flote mientras los de abajo sí cumplían con sus obligaciones día tras día, año tras año.

La conclusión de este proceso es paradójica, más allá de las consecuencias sociales: y es que una empresa que acepta un proceso así, se declara directamente en vías de extinción. Porque prescinde precisamente de su gente experimentada, de la que marca el servicio al cliente… que si esperamos que los jefes hagan el trabajo de los que se van, lo llevamos claro.

Vamos fenomenal, sin duda. Hasta el mes que viene.


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