sábado, 4 de abril de 2009

SIN POLÍTICA Y SIN RELIGIÓN, POR FAVOR

Nunca me ha parecido simpático el troceado y aspirado de niños en gestación. Por ello, he acudido recientemente a una manifestación pro-vida, junto con otras muchas personas justas. Sorprendentemente, la prensa favorable al crimen ha hablado de esta concentración como una maniobra de los partidos de derecha y del “ultracatolicismo” (un curioso término recién acuñado, con cierto aire despectivo, para añadir un toque amenazador a la Iglesia). Imagino que es su falta de argumentos lo que lleva a estas inexactitudes, o bien es que yo estuve en otra manifestación, ya que en la mía, ni entre los convocantes ni entre los participantes en el estrado estaban representantes de la Iglesia o del Partido Popular, que fue además criticado por su cobarde inhibición. Y es que este no es un asunto político o religioso, por más que sus promotores no tengan otra manera de venderlo, en burda reacción a ambos estamentos. No, el asesinato es un asunto universal; la defensa de la vida no conoce ideologías, creencias, colores. Por ello, he realizado un simple ejercicio, el averiguar cuántos argumentos contra el aborto se me ocurrían en una hora… sin política y sin religión. Sólo lo evidente. Aquí van:

1. Seré pretencioso, pero me considero persona desde mi concepción. Como un sabio oriental, debería celebrar mi cumpleaños de acuerdo a la concepción y no al alumbramiento. Si alguien prefiere pensar que en su estado gestante no era persona, allá él con su escasa autoestima.

2. He encontrado muchos testimonios de mujeres que han abortado y que declaran un profundo arrepentimiento. Lo que no he encontrado es ningún testimonio de madres arrepentidas de no haber abortado, y que prefieran que sus hijos estén muertos.

3. El supuesto derecho de la madre a decidir… ¿no debería tener en cuenta que también hay un padre? ¿O este sólo cuenta cuando hay que pagar facturas de manutención del niño? ¿Su derecho no debe ser también protegido?

4. ¿Quién es el guapo que pone los límites temporales? Se dice que la raya debe estar en ese punto antes del cual el niño no prospera solo… pero en realidad, ese punto está varios años después de nacer. ¿Podemos por tanto cargarnos al que berrea por las noches en casa del vecino, que también molesta un rato?

5. Ahondando en lo anterior: no hace muchos años, un sietemesino tenía pocas posibilidades de prosperar y en cambio ahora es un problema superado por el avance de la medicina. ¿Habrá una comisión que retoque el límite según la ciencia consiga mejores resultados? ¿La integrarán becarios de prácticas en cajas de ahorros?

6. Se considera de igual o mayor importancia la potencia que el acto, y hablo de los pensadores que han construido la historia de la Filosofía. Tanto o más importante es lo que puede ser como lo que es. Hasta los vaqueros lo saben… Decían en “Sin perdón” que cuando matas a un hombre, no sólo le quitas lo que tiene, sino que además le quitas todo lo que podría tener.

7. En el origen de todos los códigos de conducta de cualquier pueblo civilizado se encuentra esta idea: no hagas nada a nadie que no te gustaría que te hicieran a ti. Dicho esto, que levante la mano al que no le importaría que su madre le hubiera abortado.

8. Ante un aborto inesperado, se le deben ofrecer a la madre ayudas y soluciones, físicas y psíquicas. Pero entre esa oferta no puede estar un asesinato. Si se acepta como solución legítima, no hay gran diferencia con ofertar desde el INEM a un parado, además de subsidios y cursos, la elegante posibilidad del suicidio, que desde luego resolverá sus problemas de forma tajante. Y con esta óptica, también un empresario cercano a la quiebra puede presentar un plan de saneamiento que incluya el gasear a la mitad de su plantilla.

9. A las pocas semanas de gestación, el ginecólogo nos puso el sonido de la máquina de las ecografías. Casi me caigo de espaldas, al escuchar latir el corazón de mi hijo, ¡y con mucha más vida que el mío propio! ¿Quién se atreve a decir que no era el corazón de un ser humano porque no había llegado a las 22 semanas?

10. Matar un ejemplar de una especie protegida es un delito, como debe ser. Y matar uno que está gestando debe ser un delito mayor, ya que estamos duplicando la obstrucción al futuro de la especie.

11. Tradicionalmente se considera un agravante el que la mujer asesinada estuviera embarazada. ¿Deja de ser así si sólo muere el gestante?

12. Por lo que he podido leer, parece que la Ciencia tiene muy claro que el inicio de la vida está el momento de la concepción. He encontrado argumentaciones desde la genética, desde la biología molecular, desde la medicina,… Pero no he encontrado un escrito científico seriamente argumentado que defienda lo contrario, y mucho menos que establezca que el comienzo de la vida se produzca en otro momento.

13. Hoy es sumamente fácil evitar un embarazo. No hay excusa para que nadie deje de responsabilizarse de las consecuencias que provocan sus actos, tanto si se es imprudente en la carretera como si se es imprudente ante el sexo. ¿Hay que solucionar la papeleta al conductor imprudente rematando a su atropellado que, como el niño no nacido, estaba en un sitio “inoportuno”?

14. Si después de todo, a pesar de las numerosas campañas informativas, a pesar de la educación que los padres deben a sus hijos, a pesar de los pesares, se produce el embarazo no deseado… sabemos de la enorme lista de espera de parejas deseosas de adoptar. Cualquiera de ellas está más que dispuesta a sufragar todos los gastos de ese embarazo, la baja de la madre y hasta a pagarle un sueldo si hace falta.

15. Qué peligroso es uno de los argumentos clásicos de los abortistas y de los nazis: el niño que viene con problemas. Entra un concepto perverso, que es la eliminación para evitar una vida desgraciada. ¿Quién es capaz de decidir por otro, por muy averiado que esté, si tendrá o no capacidad de ser feliz? Cuando se pregunta a personas con minusvalías, disminuidos de cualquier tipo, ninguno se arrepiente de haber nacido ¡faltaría más!

16. Y ya puestos, si pasamos la noche con un mocetón de color… ¿no cabe suponer que si el hijo que viene es de color también puede ser desgraciado en según qué entornos más o menos racistas? ¿No es igualmente factible, entonces evitarle una vida “desgraciada” mediante un aborto a tiempo? ¿Y no será también desgraciada una niña en este perro mundo machista? ¿O un hijo de un seguidor del Betis, cuando todos los hermanos de la madre son del Sevilla? Maldita sea, este argumento es comodísimo para cualquier eliminación programada (léase limpieza étnica también).

17. Ante la decisión a tomar, la mujer en concreto debe saber que la opción del aborto no supone el “desembarazarse”, es decir, volver al punto inicial. Una vez la mujer se ha quedado embarazada (por una acción personal, ojo, esto no es un resfriado), haga lo que haga la situación final siempre será distinta a la de antes de iniciar la gestación. Por tanto, en su toma de decisiones se debe eliminar el espejismo de que abortando, “aquí no ha pasado nada”.

18. Hasta un abortista convencido, ante una mujer que porte un “embarazo deseado”, considera al gestante y habla de él como de un bebé sin ninguna duda. Hasta se le pregunta a la madre si el angelito se porta bien o da muchas patadas, si es niño o niña… Sin embargo, cuando el abortista habla de un “embarazo no deseado”, lo que antes consideraba un niño se convierte ahora en un embrión incipiente, en unas células en progreso, o en cualquier otra definición confusa que le evite problemas de conciencia.

19. Que te troceen y aspiren debe doler un rato… si se aplicaran métodos de tal crueldad con cualquier otro mamífero pondríamos el grito en el cielo. Sin embargo, un bebé en gestación (pese a que también tiene un sistema nervioso) para un abortista es menos que un animal.

Y hasta aquí me ha dado de sí la hora. Pero los argumentos podrían seguir… Ayer mismo Alazar me ofrecía unos cuantos más. En cualquier caso, no dejemos de acudir a manifestarnos cuando se pueda, colaboremos con asociaciones pro-vida, neguemos el voto a cualquier partido que no garantice en su programa el fin de esta vergüenza colectiva. Quien no luche contra este genocidio subvencionado se convierte en cómplice. No importa que seamos pocos, también eran pocas las primeras sufragistas, en una sociedad que tenía muy claro que la mujer no tenía capacidad natural para votar, o los primeros abolicionistas en un entorno donde la economía se sustentaba en la injusticia de la esclavitud. La causa es justa, por lo que la victoria es segura, en uno o en cien años.

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